artìculo escrito en junio del 2006
TRINIDAD CONQUISTO SU LIBERTAD
Por Jorge Flores, Lima (PERU)
“Mi nombre es Julieta Zarza. Vivo en una ciudad al lado del mar. Es como una prostituta. Soy argentina. Soy actriz y hoy, vengo a contar la historia de Trinidad”.
Es el texto con que empieza la obra “Trinidad” interpretada por la actriz Julieta Zarza. Obra que tiene varios puntos para destacar. Empezaremos señalando el rescate de la cultura negra argentina. La cultura negra esta presente en nuestros países latinoamericanos, pero muy poco (o casi nada) sabemos sobre la cultura negra argentina (que asumo debe estar algo influenciada en la cultura negra brasileña). Se deja ver en el montaje la imagen de los orixas, los cantos yorubas que grafican claramente la identidad y la influencia que ha tenido Trinidad en su encuentro con Oxun. Es curioso ver el contraste de la actriz cuando ejecuta ritmos, cantos y danzas negras teniendo como opuesto la piel blanca de la interprete.
Trinidad es una persona muy devota, el tema del cristianismo es importante destacarlo porque justamente los negros le rendían culto a algunos santos para disimular sus creencias por las cuales ellos eran perseguidos. Trinidad, devota de la Inmaculada Concepción, de la Virgen Stella Maris, de Santa Barbara y de San Jorge, al tener su encuentro con Oxun, lo hace suyo y encuentra su identidad.
Trinidad vive bajos los patrones sociales y familiares de cómo hay que comportarse, como se debe ser niña buena, como se debe ser señorita y nunca usar el moño rojo. En general a las mujeres les cuesta conquistar su propia identidad, su manera ideal de ser (o su libertad?) Porque se enfrenta a lo dicho anteriormente, a los patrones sociales (lineamientos) que debe seguir. En su encuentro con Oxun hace que encuentre su identidad y parte de ese encuentro con su identidad es cuando alcanza su libertad simbolizada en el montaje cuando se pone su moño rojo.
La obra tiene un carácter de ritual, velas en el escenario dispuestos en media luna para el rezo y el encuentro con los santos. El uso del cajón y los cantos, añadiendo la danza completan la idea de ritual de este montaje.
La puesta tiene recursos muy interesantes que jalan al espectador de principio a fin, el uso de una lámpara con la que proyecta imágenes, que se ven reflejadas en unas telas blancas muy grandes instaladas que sorprenden al espectador mientras escuchan la historia que relata Trinidad. El sonido del agua y la música son efectivos dentro del universo de la obra concebida por Zarza y de Natalia Marcet quien se encarga de la dramaturgia y dirección.
En el movimiento de la actriz, hay cosas que comentar, la danza , si bien es cierto que es interpretada de manera muy virtuosa, se torna algo larga. El trabajo de manos, gesto y voz están en su punto. Sin embargo en el trabajo de miradas, lo hace bien cuando mira a un punto fijamente o cuando mira hacia arriba, pero le falta esa mirada general, como atrapando a todo el público. Hay una pequeña tensión en los hombros cuando trabaja la emoción, pero es algo que no se deja notar y no oscurece el gran trabajo de Julieta Zarza. En síntesis: un gran trabajo, por una gran actriz.
Esta obra fue presentada en el Centro Cultural España de Lima, el 14 de junio dentro del IV Festival de Acciones Escénicas, organizado por el Laboratorio de Investigación Teatral (LIT) dirigido por Ángelo Sandoval
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2 comentarios:
Cabe mencionarse aqui lo que habla Peter Brook respecto al Teatro Mortal en su libro "El espacio vacio": El critico se une al Juego Mortal cuando NO acepta la responsabilidad de hacer un llamado a la competitividad, cuando minimiza su propia importancia...
Una descripción muy interesante y acertada de la Obra,se puede sentir el caracter ritual, y pareciera ya conocer a Trinidad.
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